martes, 7 de junio de 2016

Drogas antimalaria.

La malaria es una enfermedad protozoaria transmitida por el anofeles mosquito y causada por diminutos parásitos protozoarios del género Plasmodium, que infectan principalmente al hospedero humano y al insecto alternativamente. Es una vieja enfermedad. Se piensa que el hombre prehistórico debió haber sufrido de malaria.. Probablemente originó en África y acompañó las migraciones humanas a las orillas del Mediterráneo, a la India y al Asia Sur-Oriental. En el pasado, la malaria era común en las áreas pantaneras de Roma y por ende su nombre se deriva del italiano, (mal-aria) o "mal-aire", también se conocía como fiebre romana. En la actualidad, unos 500 millones de personas están expuestas a la malaria endémica en África, India, Asia Sur-Oriental y América del Sur y se estima que anualmente causa dos y medio millones de muertes, un millón de estas en niños.
Los pescadores y comerciantes, mucho antes de la colonización británica, probablemente introdujeron la enfermedad en el
norte de Australia. En el pasado la malaria no era infrecuente en las regiones del norte del país. En 1934, en la Australia
occidental ocurrió un brote explosivo de falciparum malaria en Fitzroy Crossing. Al principio fue confundida con influenza lo que dio lugar a 165 muertes. En 1981, la OMS declaró Australia libre de malaria, no obstante desde entonces han ocurrido 9 casos de malaria contraída localmente.
Aunque se conocía que el Anóteles mosquito jugaba un papel importante en la transmisión de la malaria no fue si no hasta 1948 cuando se identificaron todas las etapas de su ciclo vital. El parásito pasa una etapa de crecimiento en el mosquito y la hembra de la especie requiere una chupada de sangre para madurar sus huevos. Al picar a un ser humano y antes de alimentarse la hembra inyecta el material de sus glándulas salivales que contiene los parásitos de malaria primitivos, llamados esporozoitos. Los esporozoitos circulan en la sangre brevemente y luego se fijan en el hígado incorporándose en las células parenquimatosas y se multiplican. Esta etapa se conoce como esquizogenia pre-eritrocítica. Después de unos 12 días un hepatocito puede tener varios millares parásitos jóvenes llamados merozoitos. Luego la célula se rompe y los merozoitos libres entran en los eritrocitos. Las etapas en sangre de las cuatro especies de la malaria se pueden ver en la sección diagnostico. En el caso del P. Vivax y del P. Ovale el ciclo hepático persiste y requiere de un curso de primaquina para eliminarlo. Por otra parte, el P. Falciparum no persiste en el hígado.
En los glóbulos rojos los parásitos crecen en dos formas, en un ciclo sexual y en un ciclo asexual. El ciclo sexual produce los gametocitos masculinos y femeninos, que circulan en la sangre y son tomados por un mosquito femenino al chupar la sangre. Luego, los gametocitos varón y hembra se funden en el estómago del mosquito y forman ooquistos en la pared del estómago. Los oosquitos se desarrollan durante días y llegan a tener una gran cantidad de esporozoitos, que luego llegan a las glándulas salivales listos para ser inyectados la próxima ves que el mosquito pique al hombre. En el ciclo asexual los parásitos crecen y forman esquizontes con merozoitos dentro de los glóbulos rojos. Los eritrocitos infectados con parásitos jóvenes se rompen y sueltan un lote de merozoites que vuelven a infectar otros glóbulos rojos. En el P. Vivaz, el P. Ovale y probablemente el P. Malariae se pueden observar todas las etapas de desarrollo posteriores al ciclo hepático en la sangre periférica. Mientras, en el caso del P. Falciparum generalmente solo se observan formas de anillos y gametocitos en sangre periférica. Las formas en desarrollo aparentemente se pegan de los vasos sanguíneos de órganos grandes, como el cerebro, y restringen el flujo sanguíneo con consecuencias graves.
Aunque las cuatro especies tienen un componente hemolítico, cada ves que una nueva cría de parásitos explota el glóbulo rojo esto generalmente es de poca consecuencia. La excepción es la falciparum malaria donde los parásitos se multiplican rápidamente y pueden infectar más del 30% de los eritrocitos causando un nivel muy significativo de hemólisis. Una posible razón es el hecho de que el P. Falciparum invade las células rojas de todas las edades, mientras que el P. Vivax y el P. Ovale prefieren células rojas jóvenes y el P. Malariae busca células rojas maduras.

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